La ministra alemana de defensa del consumidor, Ilse Aigner, criticó con dureza a Google por una amplia violación a la privacidad de la información de sus usuarios, también insistió en que el gigante de Internet debe cooperar más con las autoridades de protección de datos.
Como respuesta a las críticas de la ministra, Google presentó disculpas, al reconocer que en los últimos cuatro años obtuvo y publicó fragmentos de lo que hacen algunas personas a través de redes públicas inalámbricas de Internet, mientras expandía un sistema de mapas denominado «Street View«, que muestra imágenes de las calles.
La ministra dijo que el «…incidente alarmante…» demostraba que Google aún no ha entendido la necesidad de privacidad de sus usuarios, señaló en un comunicado del ministerio «…de acuerdo con la información que hemos obtenido hasta ahora, Google desde hace años ha penetrado en redes privadas, aparentemente de manera ilegal…», por su parte la cartera acusó también a la compañía estadounidense de ocultar información que le exigieron reguladores alemanes.
Otro de los datos que fomentaron la crítica de la ministra, fue el hecho de que hace apenas dos semanas, Google había dicho a las autoridades alemanas de protección al consumidor que sólo grababa los nombres y direcciones de la red. Sin embargo, las preguntas reiteradas en cuanto a si la empresa recababa más información que la que había admitido no obtuvieron respuesta.
Lo cierto es que el director de ingeniería de Google, Alan Eustace, indicó que «…conservar la confianza de las personas resulta crucial para todo lo que hacemos. Reconocemos abiertamente que fallamos en gran medida aquí…», por lo que además de las disculpas, ha calificado como un error la publicación de fragmentos de correos electrónicos y de navegaciones por la Internet en redes inalámbricas y ha indicado que adoptó medidas para evitar que vuelva a suceder.
«Street View», ofrece fotografías de las calles de muchas ciudades en todo el mundo, tomadas por cámaras de Google, el servicio ha sido muy controvertido en Alemania y otros países, pues grupos defensores de la privacidad y las autoridades temen que personas fotografiadas sin su consentimiento podrían ser vistas haciendo cosas que no desean que se sepa que hacen o en lugares donde no desean ser reconocidas.