En tan solo 18 minutos, la ciudad quedó completamente cubierta de nieve, mientras, persisten las lluvias torrenciales en Queensland, un estado situado en al noroeste del país.
La violenta tormenta de granizo paralizó la ciudad australiana de Melbourne, dejando como saldo las calles del centro completamente inundadas, y varias competiciones deportivas suspendidas.
La tormenta descargó sobre la zona metropolitana una tromba de agua y granizos del tamaño de bolas de golf, creando la imagen de nevada en solo 18 minutos, según testigos.
Los meteorólogos calificaron la tormenta de «muy peligrosa», mientras algunos residentes relataron cómo, «apocalíptica», a la torrencial tormenta de agua, que llegaba a la ciudad acompañada de los vientos huracanados, los que llegaron incluso a oscurecer la ciudad.
Entre los testimonios de ciudadanos un residente del centro afirmó: «…todo se puso casi negro y cuando pasó el temporal, solo se podía ver blanco…», el hombre fue sorprendido por la espectacular escena, cuando acudía a ver las carreras de caballos al hipódromo de Melburne, pero ni las carreras de caballos, ni el fútbol tuvieron lugar en medio de tan tormenta.
Ahora bien, no es el único panorama peligroso, en lo que a condiciones meteorológicas se refiere, ya que persisten las lluvias torrenciales en el estado de Queensland, situado en el noreste del país, estado que esta semana ha sufrido las mayores precipitaciones desde 1890.
También St. George, un pequeño pueblo de 3.000 habitantes, se encuentra en estado de alerta ya que está totalmente sumergido y las aguas del río Balonne han crecido hasta los 13,5 metros de altura.