La propuesta fue lanzada en Reino Unido, por la empresa Samsung y consistía en regalar uno de sus modelos de móviles, el Galaxy S, por cada terminal defectuoso de la compañía creadora del iPhone 4, más que nada en lo que tiene que ver a problemas de cobertura.
Un éxito histórico se ha registrado a partir de esta propuesta, que ya ha agotado todo los ejemplares que se daban a modo de obsequio, lo que evidencia los graves problemas que Apple, compañía impulsora del iPhone 4, está atravesando.
Una debilidad más notoria de lo que parecía. En otras ocasiones, cuando hacíamos referencia al crecimiento financiero que Apple tuvo el pasado trimestre, mencionamos que este problema de cobertura podría repercutir en los ingresos, disminuyendo la suma.
Samsung no se hizo esperar y se lanzó con toda su artillería pesada, en una de las campañas publicitarias más agresivas y competitivas en aquella región, apuntando contra la principal debilidad de su competencia.
Este conflicto entre potencias no es nuevo, ya que hace algún tiempo, Steve Jobs, gran autoridad de Apple, realizó duras críticas contra la cobertura del Omnia II, modelo insignia de Samsung, hace poco tiempo atrás.
Entonces ahora, la empresa de origen surcoreano, ha decidido recoger el guante, centrando su campaña de publicidad, en Reino Unido, sobre la cuestión de la cobertura, pero de su rival.
La propuesta de regalar Galaxy S i9000 fue impulsada a través de la red social Twitter, el pasado fin de semana y sería beneficiario todo aquel usuario del móvil de Apple, que registrara el problema ya expuesto. Sólo han transcurrido unos pocos días y las unidades ofrecidas por Samsung ya se han agotado.
¿Y tú tienes iPhone 4? ¿Has tenido problemas de cobertura como todos esos clientes descontentos, que han pedido su nuevo terminal en Samsung? Desde aquí consideramos que es buena la competencia, porque a partir de ella, los servicios mejoran y los precios disminuyen. Pero también apoyamos la competencia limpia y honesta.
Lo ideal en la libre competencia es intertar mejorr «puertas adentro» y no «ensuciar» al otro para sacar ventaja… Con este concepto ponemos el «dedo acusador» a las dos compañías, ya que ambas hicieron lo mismo, pero de diferente manera.