La depresión: ¿causa o consecuencia del uso de Internet? Esta pregunta ha sido debatida, incluso por investigadores americanos, que tras un seguimiento de nueve meses, a más de mil estudiantes de la zona sureste de China, han coincidido en que los 
problemas psicológicos, principalmente la depresión, se desatan después del uso excesivo de Internet.
Esto se ha demostrado. El empleo desmesurado de la Red, más que nada entre adolescentes, puede tener como correlato la aparición de síntomas psiquiátricos, y lo que es más común, la aparición de la depresión.
‘Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine’, una revista estadounidense que se encarga de estos temas, ha publicado que empleo patológico de Internet y la depresión, respectivamente, siguen una línea diacrónica, entre adolescentes, que con anterioridad a la exposición abusiva a Internet, se presentaban sanos.
«…Los resultados nos indican que los jóvenes que no tienen en un principio problemas de salud mental, pero que usan Internet patológicamente, pueden desarrollar depresiones como consecuencia de ello…», señala uno de los entendidos en el tema.
Los jóvenes «sometidos a experimento» poseen todos alrededor de quince años, y tras nueve meses de investigación, descubrieron que los adolescentes que se exponían continuamente a la Red, tenían un riesgo dos veces y 
medias mayor de sufrir depresión, que aquellos que acceden a Internet de manera esporádica.
Los expertos realizaron un cuestionario a los jóvenes, con preguntas del estilo: ‘¿Con qué frecuencia te sientes depresivo, malhumorado o nervioso cuando no estás conectado?’, ‘¿Estos sentimientos desaparecen cuando te conectas?’.
Con los resultados, esclarecieron que no hay una influencia directa hacia la ansiedad, pero sí hacia la depresión.
«…Estos problemas llevan un coste significativo, tanto personal como a la comunidad, por lo que una temprana intervención y prevención es fundamental para reducir la carga de depresión entre los jóvenes…», dice uno de los autores de la publicación.
Creo que ya es momento de ser más conscientes y cuidadosos, sobre el control que tenemos sobre los hijos y de su exposición excesiva hacia Internet, ya vemos que no sólo por los contenidos que allí puedan aparecer, sino también por el propio uso de la Red, como impulsor de una patología psiquiátrica.