No es un fumador empedernido el que provoca estos gigantescos círculos de humo sino el volcán Etna, que estando activo y gracias a las maravillas de la naturaleza, provoca unos perfectos círculos.
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No es un fumador empedernido el que provoca estos gigantescos círculos de humo sino el volcán Etna, que estando activo y gracias a las maravillas de la naturaleza, provoca unos perfectos círculos.
No os extrañéis si nadie comenta. Ante tanta belleza y perfección por parte de la naturaleza, uno queda sin palabras.