Diseñador holandés Mike Thompson está haciendo un experimento ecológico y sociológico, para comprobar el valor real de la energía. Mike lo hace para demostrar cómo malgastamos apreciada energía. Según Mike Thompson un estadounidense medio consume alrededor de 3383 kWh, lo que equivale a la energía que se gastaría si dejáramos luz encendida en cuarto habitaciones durante un año entero. Para demostrar hasta que punto no apreciamos la energía Mike Thompson creó esta lámpara que funciona son la sangre humana.
Encender la luz. ¿Qué hay más fácil? Muchas veces al hacer este gesto no pensamos que daño causamos con ello al medioambiente. Para llamar la atención sobre ello Mike hizo esta lámpara. Para encenderla hace falta romperla, echar una pastilla de un reactivo y un par de gotas de sangre. Gracias a la reacción química habrá luz.
La lampara es de usar y tirar – un hecho muy importante. Eso obliga a su propietario espera el momento más adecuado para utilizarla.
Además en el concepto se encuentra la metáfora más importante – la sangre es parte de nuestro organismo, algo que nos mantiene vivos y algo que nosotros utilizamos para conseguir la luz. La sangre es la Naturaleza que nosotros destruimos.
Blood Lamp from miket on Vimeo.
Via: miket