La Torre Galatea, es una torre pintoresca que se corona con huevos, es una descripción digna de una extravagancia, pero no de una tosca y burda, sino de una obra de arte.
Obra de arte única como las que se atribuyen al genio catalán Salvador Dalí, quien en las entrañas de esta torre, La Torre Galatea, en Figueras, pasó sus últimos días.
De chirriante color granate, pero, sobre todo, de chirriante diseño, el Teatro Museo Dalí, que es la edificación que adhiere a la Torre Galatea, de las mismas características, goza del gran legado de obras de arte que Dalí les proporcionó en su testamento.
El mismo artista, personalmente, se ocupó del proyecto que ahora es el museo que lleva su nombre, de tal manera que en sus interiores se encuentra su última habitación y, hasta, su tumba, dejándose entender que ahí pasó los últimos días de su prolífica vida abocada al arte.
Como lo indica su nombre, este fue un teatro, antes de su mutación a importante museo, construido en el siglo XIX, 1849, exactamente, que en 1960, por iniciativa del alcalde de la ciudad de Figueras, se piensa en hacer un homenaje al hijo más ilustre de dicha comunidad, el artista en cuestión, al pedirle como donación una de sus obras para la decoración del teatro, pero éste, abiertamente, se ofrece a brindar la mayor cantidad de sus obras para la modelación de un próximo museo.