Expertos han detectado síntomas en algunos pacientes, por haberse expuesto al uso excesivo de los teléfonos móviles. Agresividad, mal humor, aislamiento, abandono de las tareas obligatorias y al entorno social son algunos de los indicadores de las afecciones producidas por la adicción a los móviles, una dependencia que lleva incluso a robar para poder costear los gastos que se realizan con las llamadas.
Según el psiquiatra experto, Blas Bombin, se estima que la adicción puede desarrollarse en escasos meses, dado que el placer de poseer este cómodo y cada vez más avanzado dispositivo móvil es inmediato, y ese tipo de cambios bioquímicos en el cerebro son base de los psicológicos.
A partir de ciertos estudios, se puede afirmar que los más propensos a volverse adictos son los más jóvenes, por lo que se evidencia que el móvil podrá tener muchos beneficios, pero a su vez y adversamente, puede convertirse en extremadamente perjudicial. Todo depende de que su empleo sea responsable.
Los más jóvenes en haber indiciado síntomas de adicción al móvil, tienen la escasa edad de doce años, y el margen disminuye a medida que pasa el tiempo, ya que los niños más pequeños también estan expuestos a esta enfermedad.
Según psiquiatras expertos, «…no se trata de una sustancia sino que el vínculo es conductual…». Esa conducta se presenta como incontrolable e imposible de reprimir, que se desplaza de a poco a otras actividades, propiciando la vulnerabilidad del sujeto a caer a cualquier otro tipo de adicción.
Pese a que no existen grandes diferencias en cuanto a los sexos, Bombin afirmó que los pacientes más habituales son los que pertenecen a familias desestructuradas, lo que lleva a una progresiva privación de afecto, así como el fracaso en el ámbito laboral y sentimental.
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