Debido a la utilización de pesticidas, gran parte de la población de abejas y de otros insectos polinizadores se redujo notablemente, ya que sus químicos parecen influir en los parámetros de orientación de estos insectos. Esta hipótesis ha sido presentada por un grupo de expertos del Centro de Neurociencia de la Universidad de Dundee de Escocia.
Para demostrar este supuesto, los científicos analizarán durante un período de cuatro años, los movimientos de 2500 abejorros y abejas, a los que se les instalará un microchip en sus cabezas, según anunció el periódico «The Times».
Mediante este método de estudio, se situarán escáneres en la entrada de seis colmenas. Cada abeja que habita la colmena será identificada y pesada al momento de su llegada, para dilucidar cuánto polen y néctar recogieron previamente a la llegada a la colmena. Las inmediaciones de tres de las colmenas serán rociadas con pesticida regularmente, y las de las otras tres estarán libre de dichos químicos.
De esta manera se intentará establecer si las abejas que fueron sometidas a los efectos de las sustancias se encuentran más desorientadas, comprobando así si los pesticidas afectan o no a su memoria, su capacidad de comunicación dentro de la colmena, e incluso su sentido de la dirección.
Otro factor que podría verse afectado con el uso de pesticidas, es la vista y el olfato de las generaciones más jóvenes de abejas, lo que genera que las poblaciones sucesoras, sean menos «inteligentes» que las abejas de generaciones anteriores.
Las abejas suelen ser inducidas a la exposición a diferentes tipos de pesticidas, que tienen como fin limitar las posibles enfermedades, así como también, evitar la aparición de ácaros en las colonias. También están sometidas al contacto de los químicos con efecto sobre los productos agrícolas. Los científicos se han planteado estudiar la combinación de varias sustancias, incluso aquellas que se consideren inofensivos para las poblaciones de insectos.