Dentro del placer del “Buen Fumar”, sin duda una de las formas más apreciadas de saborear buen humo es fumar en pipa, o el puro.
Durante miles de años la pipa ha acompañado al hombre, dándole inspiración y serenidad en los momentos de reflexión y placer.
Es acertado decir, que se conoce el uso de la pipa desde la prehistoria, mediante un prototipo de pipa de «suelo» para el culto a los dioses.
Desde entonces la pipa no ha dejado de evolucionar hasta las formas y materiales que actualmente se conocen.
Una buena pipa esta vacía sin un buen tabaco que quemar, y no hay mejor manera de saber cual es el tabaco que más se acopla a nuestros gustos, que consultando las diferentes variedades:
Virginia es el tipo de tabaco más conocido del mundo: el 70% de la producción mundial estimada pertenece al tipo Virginia.
Su nombre procede de una colonia británica en América del Norte, fundada por Sir Walter Raleigh (1552-1618), este escritor inglés llamó a la colonia Virginia en honor de la Reina Isabel I de Inglaterra, que fue conocida como la Reina Virgen. Fue Raleigh, quien introdujo la moda de fumar en pipa en la corte inglesa a finales del siglo XVI.
Es el tabaco negro, curado al fuego conocido simplemente como Kentucky.
Este tabaco tiene un aroma fuerte ahumado y es utilizado como aditivo de sabor para el tabaco de pipa, al añadirle sólo un pequeño porcentaje de Kentucky a una mezcla, se le da un carácter muy fuerte al tabaco.
En general, éste tabaco es cultivado por pequeños agricultores que trabajan de 20 a 30 acres de tierra, en donde se rotan los cultivos para evitar que se agote el suelo.
De color marrón rojizo y curado al aire, es un tabaco relativamente joven. Procede principalmente de los Estados de Tennessee, Kentucky y Ohio, EEUU.
Tiene un aroma dulce y suave de nueces y se utiliza casi siempre en mezclas, pero la característica clave del tabaco es que se combina muy eficazmente con diversos elementos aromáticos, por lo que se suele utilizar en mezclas aromáticas.
El tabaco Maryland (también curado al aire), como el Burley, se utiliza básicamente en mezclas.
Tabacos Saborizantes
Los tabacos Perique y Latakia son tipos especiales, utilizados principalmente para «dar sabor» al tabaco inglés.
Detrás de este tabaco existe la tradición de la mezcla de aditivos de sabor y «aliños», la venta de tabaco estaba prohibida en Inglaterra, es aquí donde entran en vigencia como una alternativa, los tabacos Perique y Latakia para dar un gusto característico.
Perique
El Perique se destaca, como un caso especial, entre los tabacos de este tipo. Se empleó originalmente como producto semi acabado para rapé, es de color negro azulado muy aromático, sin embargo, es muy costoso y se utiliza sólo en mezclas en el segmento más caro del mercado.
Otro tipo especial de tabaco, es el Latakia, que lleva el nombre de una pequeña ciudad portuaria de Siria de donde procedía originalmente.
Se cultiva, ahora, principalmente en Turquía y el Norte de Chipre, curado al sol, se ahúma en cobertizos pequeños después de la cosecha, lo que supone colgar las hojas de tabaco en hileras sobre un fuego alimentado con pino de Chipre, arbustos raros y mirto.
La leña se recoge en las laderas de los montes inmediatamente antes, de modo que produce ingentes cantidades de humo, y debido a que las hojas quedan colgadas de 6 a 8 semanas en los cobertizos, crean el característico aroma picante y ahumado, que es tan típico del Latakia.
El tabaco de pipa holandés original, que fuera del país no es fácil de conseguir, también denominado tabaco Marylarnd, es la tradicional mezcla holandesa, elaborada con una cantidad bastante grande de tabacos indonesios curados al aire, complementados con tabacos de Virginia de impacto neutral a medio.
El elemento fundamental del sabor es la proporción de los tradicionales tabacos indonesios, curados al aire, no se utilizan aromatizadores ni productos similares para la preparación del producto, por lo que tiene un sabor puro de tabaco.
Entre los ejemplos podemos mencionar: Voortrekker, Schippers y Friesche Heerenbaai.
Los tabacos de pipa ingleses tienen dos características típicas: la presión (el proceso Cavendish) y el contenido de humedad.