El VÍDEO de la semana.

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Estas bolas no pertenecen al paisaje marciano, si no al hombre terrícola que las pondrá en Marte.

La exploración marciana será más sencilla con estas esferas que rodarán por Marte, al estilo de las bolas de juncos de los grandes desiertos en la Tierra. De hecho, ese es su nombre, “Tumbleweed Rover”, el “Rover Planta Rodante”.

El sentido de su existencia: un sistema automático de exploración, que no se vea tan limitado en sus recorridos como los vehículos todoterreno actuales.

La exploración marciana es necesaria para la futura conquista de Marte (el porqué de enviar humanos a Marte ya es otra historia, pero podéis dar por hecho que se hará tarde o temprano).

Existen 3 formas básicas de exploración: satélites en órbita, que recogen una limitada información pero alrededor de todo el planeta; estaciones en el suelo de Marte, que recogen muchos más datos pero que están limitadas a un punto estático; por último, los rover o todoterrenos marcianos, que intentan unir ambas cosas: movimiento y alto número de muestras.

No obstante, los rovers actuales presentan varios problemas: la arena marciana fácilmente obstaculiza engranajes, desgasta instrumentos, tapa los paneles solares… Con este nuevo sistema la locomoción se resuelve con la energía de los fuertes vientos de Marte, para desplazarse a distancias mucho mayores, y los instrumentos están a salvo en su interior.

O igual de “a salvo” que en una lavadora gigante. Una vez el clima sea más benigno, después de haberse transportado, la enorme esfera de deshincha para poner al descubierto los aparatos científicos. Como podéis ver en el vídeo.

Los desiertos de Marte, ahora tendrán sus bolas gigantes rebotando con la menor gravedad marciana, por todas partes, si el concepto se lleva a cabo.

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