LA HISTORIA DEL HOMBRE QUE ATRAVESO UNA MONTAÑA

William Schmidt, alias “el burro”, era un minero seducido por la fiebre del oro que emigró con lo puesto al desierto de Mojave en busca de fortuna. La codicia y el miedo a los robos por compartir rutas con otros aventureros le llevaron a cavar, él solo, un pasadizo en la montaña directo a la fundición comunal.

Excavó 38 años, en secreto, 800 metros de una galería que se convirtió en monumento a la intrepidez.William Henry Schmidt nació en Woonsocket, Rhode Island, en enero de 1871. Con tan solo 24 años contrajo la misma tuberculosis que había matado a seis de sus hermanos. El médico le echo un semestre más de vida si no cambiaba de aires lo antes posible. Con ello, decidió aventurarse al Gran Desierto de California buscando bajas humedades y nuevos aires como excusa para conquistar su ‘Dorado’ particular.

A finales de 1890 Schmidt se encontraba trabajando para la Kern County Land Co. en Bakersfield, California. En 1906, fue moderando su tuberculosis y le permitió desvincularse del trabajo, para formar su propia empresa.

Schmidt  después, de solicitar los permisos necesarios para excavar, adoptó dos Burros abandonados (de ahí su apodo) que fueron su única compañía durante muchos años. La minería del oro era una labor muy solitaria e ingrata, con suma competencia y de requerimientos muy obstinados

¿Por qué no trazar, en secreto, un túnel directo hasta el otro lado de la montaña evitando el peligroso desfiladero, para ir a vender su mercadería? La excavación comenzó, con apenas un par de martillos y un viejo pico, en 1900 cuando Schmidt contaba ya con 29 años y se prolongó durante 38 años hasta mediados de 1938 (66 años).

El túnel tiene una altura de 1,80 metros y su con una anchura de hasta 5 metros (en algún tramo) para una longitud total de casi 800 metros.

No necesitaba apeos de madera pues estaba excavado en roca pura. La dureza extrema de sus paredes requería de dinamita para poder horadarlas en condiciones.

Conforme pasaba el tiempo la empresa de atravesar la montaña se transformó en una obsesión. Dedicaba más tiempo a la galería que a la extracción del oro.

‘Burro’ Schmidt se perdió, durante su encierro, la Primera Guerra Mundial , la gran caída de la bolsa y la posterior depresión. Su desgracia y desdicha fue la llegada, en 1930, del ferrocarril para cubrir por el cañón la ruta que él mismo pretendía salvar con su túnel.

Schmidt extrajo en total 5.800 toneladas de piedras; unos 450 kilogramos al día, de media, durante los 38 años que duró tan singular desafío. Más de 70.000 horas de trabajos forzados. Murió en enero de 1954 con 83 años e inconsciente de su hazaña. Su cabaña y el túnel (en medio de la nada) se conservan intactos custodiados hasta hace muy poco por una vieja y enigmática funcionaria del estado que (re)vivió en soledad los viejos fantasmas que asolaron la mente del bueno de Schmidt. Los dejamos con esta historia y un vídeo:

 

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