Los tesoros egipcios

Según el arqueólogo submarino Franck Goddio, la ciudad de Alejandría desapareció bajo el mar, debido a la grandeza de su tamaño. El suelo no soportó el enorme peso de sus característicos edificios y templos.

La ciudad, fundada por Alejandro Magno y llamada «Ciudad de los Mil Palacios» y otras ciudades legendarias de la zona canópica de Egipto, se sumergieron en el mar y el lodo, debido a que el suelo no resistió el excesivo peso de las exuberantes edificaciones de aquella época, donde se incluye el Palacio de Cleopatra, situado en el mítico Portus Magnus de Alejandría, el sitio de mayor poder que había en el mundo en ese entonces.

Goddio explicó que alrededor del año 303 A.C. las ciudades se situaban en esta región de África fueron víctimas de lo que se denomina el «fenómeno de liquefacción» y los tamaños gigantescos de templos y palacios produjeron que el suelo se abriera y se los «devorara».

Explicó Franck Goddio que «…el lodo del Nilo está compuesto por cristales que, a su vez, contienen agua dentro. Si se ejerce una presión muy grande sobre esta superficie, los cristales se juntan y dejan escapar esa agua que, en una fracción de segundos, es evacuada provocando que la tierra pierda entre el 50 y 60% de su volumen, por lo que todo lo que esté construido sobre este suelo se viene abajo…».

Las construcciones edilicias que este arqueólogo submarino halló, junto a su equipo, en las aguas contaminadas y oscuras de la Bahía de Abukir, son los de mayor tamaño que se construyeron en Egipto.

Según señaló además el francés Goddio «…eran obras colosales. El peso de estos edificios y el desplazamiento del agua hicieron que ciudades como Heraclion, Canopo y el Portus Magnus de Alejandría se hundieran. La monumentalidad de estas construcciones fueron la causa de su hundimiento…».

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