El avión Solar Impulse HB-SIA ha logrado aterrizar de forma exitosa, después de su primer vuelo nocturno, que tuvo una duración de diez días, en el aeropuerto suizo de Payerne.
La energía que actúa como combustible en este enorme avión, es únicamente la solar, captada durante el día, por lo que se estima que en el futuro, este tipo de energía será el ‘combustible’ por excelencia de los vehículos aéreos.
«…Todo ha sucedido con el éxito que esperábamos…», exclamó satisfecho André Borschberg, director general, co-fundador y piloto del Solar Impulse.
El lanzamiento del avión tenía por objetivo, en su último lanzamiento, el verificar que los comandos e implementos diseñados para el aterrizaje funcionaran de forma correcta, sobre todo durante la noche, para llevar un paso más lejos el desafío, ya que hasta el momento, todos los aterrizajes habían sido efectuados durante el día.
La gran hazaña del Solar Impulse HB-SIA, en esta ocasión fue el poder mantenerse en el aire sin detenerse, durante siete días, logrando así un nuevo récord.
Este coloso, movido por energía solar, fue creado por la empresa Qinetiq, que se especializa en el área de Defensa e Investigación. John Saltmarsh es el jefe de el proyecto y ha dado a su avión el calificativo de «…primer avión eterno…».
Esta afirmación apunta al próximo objetivo que la compañía se ha propuesto: el poder lograr que el Solar Impulse HB-SIA pueda volar durante quince días, sin detenerse.
Este, sin duda, es un proyecto visionario, con conciencia de futuro. Los vuelos solares de distancias extensas y de altitud elevada tendrán una gran gama de utilidades, eventualmente, tanto para el terreno militar, como para los avances científicos, que implicarán un avance para la propia humanidad.
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