Los astrónomos han descubierto, a través del empleo de láseres y mediante el reflejo de éstos en espejos que fueron implantados en la Luna por los tripulantes de la nave Apolo, que nuestro único satélite natural se está alejando del Planeta Tierra, en una media de cuatro centímetros por año.
Este movimiento se produce a causa de la fricción de las mareas que ejerce la Luna sobre la Tierra, que va ralentizando la rotación del Planeta, empujando a la Luna cada vez más lejos, como compensación de la pérdida de momento angular.
Al tener un tamaño menor que la Tierra, la atracción que el satélite realiza es un tanto débil, aunque es lo suficientemente fuerte como para atraer la extensión de líquido que se encuentra en la superficie terrestre, más que nada, el agua de los océanos.
Cada una de las veces que la Luna pasa por sobre un océano, la marea registra una suba, aunque pequeña, pero suficiente para cambiar el posicionamiento del centro de masa del Planeta, con respecto al del satélite.
Según el cálculo que realizan los expertos, y considerando las magnitudes actuales del Sol, las de la Luna y las de nuestra órbita, si se mantiene el ritmo de alejamiento actual, la Luna llegará a estar totalmente tapada en eclipse solar, dentro de unos 420 millones de años.
Los estudios de los astrónomos datan de cuarenta años atrás, y en lo que llevan de análisis, el satélite se ha movido ya más de un metro de distancia, con respecto al Planeta Tierra.
A pesar de que los resultados de los estudios no son definitivos ni conclusos, algunos expertos mantienen la alerta de que puede haber errores de cálculos, aunque no descartan la posibilidad del hecho.